Pedro santander por que y como hacer analisis del discurso

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Pedro santander por que y como hacer analisis del discurso

Santander, P. 2011. Por qué y cómo hacer Análisis de Discurso

Cinta moebio 41: 207-224

www.moebio.uchile.cl/41/santander.html

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dimensión operativa, que es la que nos sirve para iluminar teóricamente el objeto de estudio. Podemos

suponer que buscamos algún rasgo de su expresión en los textos, es decir, no se pueden concebir como

conceptos aislados del análisis, sino justamente como categorías que se expresan en el corpus.

Es altamente probable (a menudo deseable) que ya en la formulación del problema de investigación (lo que

incluye la pregunta de investigación, objetivo o hipótesis) aparezcan y se expliciten dichos conceptos. En el

ámbito del AD, por ejemplo, nociones como las de poder, estructura social, ideología, hegemonía, etc.,

suelen ser empleadas con frecuencia. Lo que motiva muchos análisis es precisamente la curiosidad por

explicar el modo en que la ideología, la estructura social, la hegemonía u otras nociones como esas se

manifiestan en los discursos, por entender qué huellas dejan elementos del afuera en la producción sígnica y

cómo todo ello se interrelaciona.

Estas categorías sociales nos remiten a la teoría social. Por ejemplo, la noción de hegemonía nos lleva a

Gramsci, la de poder nos puede llevar a concepciones difusas como la de Foucault o, por el contrario, más

centrales como la visión leninista; en tanto, el concepto de ideología lo podemos entender epistémica o

funcionalmente, o tener una valoración negativa de la ideología, epistémica o sólo descriptiva, etc.

Como nuestro recorrido nos lleva a signos, seguimos ese desafío y trabajaremos con conceptos analíticos

que son de naturaleza discursiva, por eso hablamos ahora de categorías discursivas. En este nivel nos sirve

la teoría ligada a lo discursivo. Como ya dije, el concepto de ideología es usado frecuentemente por los

practicantes del AD y su expresión buscada y descrita en textos. Pero para que ese concepto pueda ser una

categoría operativa, debemos previamente tener un conocimiento cabal del mismo y saber qué tiene qué

ver con lo discursivo. Para Voloshinov (1992) todo producto ideológico posee una significación, de modo tal

que llega a afirmar que “donde no hay signo, no hay ideología” (Voloshinov 1992:32) y que “la palabra es el

fenómeno ideológico por excelencia” (Voloshinov 1992:37). Por su parte, Bourdieu (2003) considera el

lenguaje un instrumento de poder y de acción, antes que de comunicación, y prefiere no usar la noción de

ideología (o de manera muy cauta) y la reemplaza por la de poder simbólico o dominación simbólica. Otros,

como Foucault (1983), derechamente reemplazan la noción de ideología por la de discurso.

Como vemos, estamos en un nivel donde se cruzan teoría social y teoría discursiva, y esta última nos

acomoda aquí para dar con las categorías discursivas pertinentes a nuestros propósitos analíticos. Para

encontrar las adecuadas miramos preferentemente a autores que han teorizado sobre el discurso, y que al

hacerlo, han aportado también a la teoría social, como Bajtin, Barthes, Foucault, Eco, Pierce, Ricoeur, Rorty,

Voloshinov, etc. Las categorías que el armazón teórico de esos autores nos proporcionan sirven para

enfrentarnos a los textos y buscar su manifestación en los mismos, por ejemplo, nociones como las de

polifonía, interdiscurso, formación discursiva, orden del discurso, géneros discursivos, etc.

Estas categorías discursivas deben estar muy relacionadas con lo que llamamos la necesaria representación

discursiva de nuestro objeto de estudio; podríamos decir que, por lo mismo, las categorías discursivas están

atadas al objeto de estudio.

En mi opinión, estos dos niveles son suficientes para analizar discursos. Hay autores como Foucault,

Gadamer, Ricoeur o Rorty que no hacen análisis en el sentido estricto, es decir, no necesariamente bajan a

los textos para buscar en ellos el correlato empírico de lo que se postula teóricamente, no obstante, es

innegable que sus aportes teóricos son inmensos e indispensables para el AD y para cualquier labor

hermenéutica.